Uno de los momentos clave y más esperado por los granadinos es la mañana del miércoles, porque sale la Tarasca… Aunque bueno, este 2023 nos vamos a quedar con las ganas, porque va a estar todo el día lloviendo. Pero… ¿Que qué es la Tarasca? Si tuviéramos que hablar solamente de un personaje característico de las fiestas del Corpus Christi de Granada, ese personaje sería, sin lugar a dudas y precisamente, la Tarasca. Ese maniquí subido a un dragón. Nuestra Khaleesi local…
Sin embargo, el origen de este personaje no lo vamos a encontrar por estos lares. Y es que hay que trasladarse a Francia para conocer de dónde viene esta tradición tan granadina.
- Orígenes de la Tarasca
- La Tarasca de Granada
- El vestuario de la Tarasca
- El séquito de la Tarasca
- Las otras Tarascas de España
¿De dónde viene la Tarasca?
Ir a ver la Tarasca es algo intrínseco al granadino, desde niño. Sin embargo, no todos los locales conocen realmente de dónde viene esta tradición.
Según los historiadores, su presencia en las fiestas del Corpus se remonta a la misma época de los Reyes Católicos. Y es que tanto les costó reconquistar Granada, último bastión musulmán de la península, que quisieron que el Corpus fuera la fiesta principal de la ciudad.
Pero para conocer bien el origen de la Tarasca hay que trasladarse a la región francesa de Tarascón, en la Provenza, donde se dio origen a la fiesta, ya en el siglo XIV, y que se fue extendiendo por Francia, España y por el Mediterráneo en general. De modo que las Tarascas fueron muy comunes en diferentes puntos geográficos, cada una con sus características propias. Sin embargo, con el paso de los años, en muchos de estos sitios, la tradición de la Tarasca acabó por perderse.
Afortunadamente, Granada no fue uno de esos lugares y todavía hoy podemos disfrutar de la Tarasca cada año. Primero, cada miércoles de Corpus, que es su día grande. Segundo, cada jueves de Corpus, abriendo la procesión del Santísimo Sacramento.
Pero, volviendo al origen de la Tarasca, parece ser que proviene de una antigua leyenda céltica. La Tarasca (del francés Tarasque) sería un animal, o más bien un monstruo, mitad serpiente mitad mujer, que se dedicaba a engañar a los hombres, que acababan cayendo ante sus encantos antes de ser devorados o acabar mutilados. Otras versiones definen a la Tarasca como una especie de dragón con seis patas cortas, como las de un oso, un torso similar al de un buey, caparazón de tortuga en la espalda, cabeza de león con orejas de caballo y una cola llena de escamas que terminaba en un aguijón de escorpión. Una belleza, vaya… Lógicamente tenía atemorizada a toda la región, porque además de ser así de desagradable visualmente y matar o mutilar hombres, también era muy de ir destrozando campos y cultivos.
Incluso el rey llegó a atacar a la Tarasca sin éxito. Parecía invencible…
¿Que cómo es posible que este origen tan pagano tenga relación con una fiesta tan religiosa como el Corpus? Pues porque todo es posible en Granada, como decía aquella película de Manolo Escobar… Bueno, eso y que a estas alturas de la leyenda entraría en acción nada más y nada menos que Santa Marta.
Santa Marta encantó a la Tarasca con sus plegarias y apareció en Tarascón con la bestia domada, bajo sus pies. Al caer la noche, los habitantes de Tarascón, aterrorizados, atacaron a la pobre Tarasca. El animalito no ofreció resistencia. Entonces Santa Marta les echó un sermón que acabó convirtiendo a muchos de ellos al cristianismo.
Aquella representación de Santa Marta sobre la Tarasca fue evolucionando. Así que por si os lo preguntáis: nuestra Tarasca es algo más bonica que la original…
La Tarasca de Granada
Cada miércoles de Corpus a las 12h comienza el desfile de La Pública, acompañada por charangas y bandas de música. El desfile dura poco más de una hora. El tiempo suficiente para su recorrido desde el Ayuntamiento, en la Plaza del Carmen, pasando por la calle Reyes Católicos, Gran Vía, Cárcel Baja, Capuchinas y Mesones para regresar de nuevo a la Plaza del Carmen.
Y así desde hace aproximadamente 400 años, tal y como nos cuenta Juan José Montijano, profesor, investigador y académico granadino. Según él, la primera Tarasca de Granada de la que se tiene constancia es de 1633, como encarnación del pecado y del mal, que no estaba representado por una mujer y sí por un manzano o una estatua de Mahoma (eran otros tiempos).
El antecedente de la Tarasca tal y como la conocemos hoy sería lo que se llamaba Paseo de la Ciudad, que era un desfile organizado en torno a una temática que cada Corpus era distinta y que podrían ser tan diferente cada año como el bautismo o los siete pecados capitales. Así que durante esa época, esa encarnación del mal ya sí podía tratarse de una mujer (una prostituta o Eva en el Paraíso).
Aquella Tarasca iba acompañada de diablillos o enanos que iban pegando y asustando a la gente para espantar los males. Aquello evolucionó en los actuales cabezudos, como veremos más adelante.
Todo esto fue haciendo desaparecer lo religioso de la celebración y esto no gustó nada ni a las autoridades eclesiásticas ni al Estado. Por eso, Carlos III emitió una Real Cédula en 1780 que prohibió los elementos paganos de las fiestas del Corpus. Estos eran la Tarasca, los cabezudos y los gigantes.
Esto cambió en 1833 cuando un grupo de periodistas, liderados por Luis Seco de Lucena, se unieron para rescatar la fiesta del Corpus. Algo que marcó un antes y un después para entender y celebrar la fiesta tal y como como lo hacemos hoy. Aquel año aparecieron los primeros columpios, los tenderetes (que después serían casetas) y el concepto de maniquí sobre dragón. Y es que fue este grupo de intelectuales quien rescató la leyenda de Santa Marta de Arlés y quien encargó el primer maniquí a Francisco Morales González. Un maniquí que medía dos metros de alto y que tenía un brazo móvil. Del dragón original (que desfiló desde 1833 a 1930), por cierto, se conservan cabeza, cuello y alas y se pueden ver en la Casa de los Tiros.
La pérdida de las últimas colonias del Imperio Español en 1898 y la crisis económica de 1909 causaron que la Tarasca no saliera a la calle, algo que no volvió a suceder hasta 2020 y 2021. Y bueno, 2023 por cuestiones meteorológicas…
Y es que ni la Guerra Civil impidió que saliera la Tarasca, a pesar de que, durante los tres años que duró la guerra no salió la procesión del Corpus.
Pasada la Guerra Civil, se impone que la Tarasca lleve cada año un traje regional diferente. Como curiosidad, sin embargo, en 1955, la Tarasca fue vestida de azafata de la compañía Iberia, a causa de la expansión del tráfico aéreo como uno de los símbolos del desarrollismo del régimen.
Lo que siguió, que cada año vistiera a la Tarasca un modisto local…
El vestuario de la Tarasca
El vestido de la Tarasca es el secreto mejor guardado de Granada. Y es que cada año, la Tarasca cambia su vestuario (jamás olvidaremos su atuendo de 2020, vestida de enfermera y con mascarilla).
Y las cosas como son: un buen granaíno de pro, nunca la va a ver guapa. Ya podrían venir de Dior o Chanel a vestirla (aunque siempre la visten modistos locales), que el comentario más repetido cada miércoles de Corpus en Granada va a ser siempre: qué fea va la Tarasca este año. Y es que qué sería de Granada sin su típica malafollá (que también daría para otro post).
¿Quién acompaña a la Tarasca?
A mí me da la sensación de que cada año a la Tarasca la acompañan más personajes. Pero igual es solamente mi percepción. Los que sí que no pueden faltar son los gigantes y los cabezudos.
Los gigantes representan a los Reyes Católicos y a los últimos sultanes de Granada, Boabdil y su mujer Morayma (aunque hay quien a ese gigante lo llama Aixa, como a la madre de Boabdil y posiblemente la sultana más famosa de Granada).
Los cabezudos representan a muchos personajes típicos de Granada y casi que daría para otro post (igual el año que viene, así que atentos). Algunos de los más característicos son Chorrojumo (mi cabezudo favorito, por cierto), Paniolla, El Cabezón de Gabia, Birolio o El Andarín de Colomera. También personajes más generales como Don Quijote, un torero, una vieja (la más temida por los niños), un torero, un chino…
Los cabezudos llevan a mano una vejiga hinchada con aire con la que van golpeando a los asistentes al desfile. Sí es cierto que en 2019, algunos cabezudos en vez de vejigas llevaban botellas de agua con las que iban refrescando al personal.
Las otras Tarascas de España
La Tarasca de Granada no es la única de España. Como decíamos antes, la Tarasca es una tradición que se extendió por toda España y por el Mediterráneo, aunque en muchos de esos lugares se perdiera la tradición.
Algunos de esos lugares en los que en algún momento tuvieron su propia Tarasca fueron Sevilla, Madrid o lugares tan remotos como Las Palmas de Gran Canaria, hasta 1780, año en el que el rey Carlos III prohibió los elementos profanos en las fiestas del Corpus.
En cuanto a esta prohibición, todavía a día de hoy, la Tarasca de Tudela sale delante de la cruz que abre la procesión, en forma de «burla» a aquella Real Cédula que prohibía los elementos profanos en las fiestas del Corpus. En Tudela, a la Tarasca «la lleva» una niña vestida de blanco.
En otros lugares donde la Tarasca sigue haciendo acto de presencia es en Valencia, Zamora o Reus. En Redondela (Pontevedra) y Betanzos (La Coruña) recibe el nombre de Coca.
También se encuentran referencias a la Tarasca en Torrejoncillo del Rey (Cuenca). Y es que, según la leyenda, la noche de San Blas (3 de febrero), la Tarasca se aparecía desde una antigua mina romana y perseguía a niños y adultos. Además, un vecino montado en burro contaba sucesos y chascarrillos que habían pasado durante el año. Esto también nos recuerda mucho a nuestras carocas, también muy típicas de nuestras fiestas del Corpus.
Algo que parece ser un nexo entre todas las Tarascas es que van acompañadas de gigantes y cabezudos (aunque es cierto que cada una tiene su estilo). En esta pequeña investigación que he realizado, la que más curiosa me ha resultado ha sido la de Toledo. Efectivamente, encontramos gigantes y cabezudos (del siglo XVIII, por cierto), pero en este caso, sobre la Tarasca (que va lanzando agua a la gente) va «la Tarasquilla«, una muñeca de lo más inquieta que representa, nada más y nada menos, que a la mismísima Ana Bolena. ¿Que por qué Ana Bolena? Pues por ser la impulsora del cisma anglicano y por representar sentimientos malos como la avaricia y el orgullo.
¿Qué más hacer en Corpus?
Además de ir a ver la Tarasca el miércoles de Corpus, también tenéis que ver la Procesión del jueves (en la que además vuele a salir nuestra protagonista de hoy -si es que el tiempo lo permite-).
Por supuesto, ir a bailar, beber rebujito y disfrutar de las atracciones del recinto ferial.
Y cómo no, algo tan granaíno como ir a ver las carocas en la Plaza Bib-Rambla. Las carocas son unas quintillas satírico-burlescas que nos cuentan sucesos del año, sobre todo a nivel local, pero hay para todos. La verdad es que las carocas darían para otro post…
Así que, sin más, os deseamos un feliz Corpus y que no paséis mucho calor… Por lo demás, nos leemos próximamente. Esperamos volver pronto con más historias y personajes de Granada, que sí, sabemos que tenemos el blog un poquito abandonado. Y eso no puede ser… Así que, ¡hasta la próxima!
Maribel Contreras Sola
Guía Oficial de Turismo por la Junta de Andalucía GT/03682, Licenciada en Filología Inglesa y Máster en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera, por la Universidad de Granada (UGR).
Mi trabajo consiste en convertir Granada en un libro abierto al visitante, en la divulgación rigurosa del conocimiento que creo, son factores que han marcado y definen mi experiencia laboral. Amo escribir acerca de Granada, es una forma de vivirla más intensamente y más personal.