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Granadinos Ilustres. Parte 19: Mohammed XI (Boabdil) || Final del Reino Nazarí: 1487-1492

Igual no os lo creéis, pero me está dando una pena enorme ponerme a escribir este post. Ha sido tanto tiempo leyendo, documentándome, poniendo a prueba mis conocimientos sobre los sultanes de Granada, que poner punto y final a la dinastía me entristece bastante. Les he cogido mucho cariño, qué le vamos a hacer…

Retrato imaginario realizado en 3D por Alfredo J Falcón representando a Boabdil el Chico de Granada
Retrato imaginario de Muhammad XI o «Boabdil el Chico» realizado en 3D por Alfredo J Falcón

Pero a la vez pienso disfrutar mucho de la escritura de este post. No solamente para darle un cierre bonito, si no porque, además, Mohammed XI, o lo que es lo mismo, Boabdil, es un personaje que me ha dado siempre mucha ternura…

Además, al tratarse del último sultán de la dinastía, su figura está, irremediablemente, rodeada de leyendas y a veces resulta complicado saber qué sí y qué no…

Así que, sin más dilación, vamos con la vida y obra del que fue el último sultán de la Dinastía Nazarí

La infancia y juventud de Abu Abd Allah Mohammed

Es curioso que, siendo el primogénito y, por lo tanto, el heredero, no se conozca a ciencia cierta su fecha de nacimiento, que debió ocurrir en 1460, más o menos. Era hijo del emir Abu al-Hassan Ali (nuestro Muley Hassan o Muley Hacén) y de su primera esposa, la conocidísima Aixa. Tuvo dos hermanos: Yusuf y Aixa (era un nombre muy común entre las mujeres de esta dinastía, qué le hacemos).

¿De dónde viene lo de Boabdil entonces? Pues de que su kunya, su prenombre de paternidad, era Abu Abd Allah. Imaginad lo exótico que ese nombre les sonaba a los cristianos. O lo difícil que les resultaría pronunciarlo correctamente. Lo más parecido que les saldría, sería eso, Boabdil. Y con Boabdil pasó a la historia el muchacho…

Además, tanto él como su tío se llamaban Mohammed (a día de hoy es el nombre más común del planeta, imaginad en un Reino de Granada cada vez más pequeño en dimensiones, que no así en población, la de Mohammeds que habría), por lo que cada uno recibió un apelativo. Al tío, Mohammed XII, le tocó al-Zagal, “el Bravo”. Al joven Mohammed XI, al-Zugaybi, “el Desventuradillo.

Los cristianos, además, lo llamaron el Rey Chico o el Rey Chiquito, en oposición a su tío, un rey “viejo”. Creemos que Boabdil tampoco sería precisamente demasiado alto, ya que se ha conservado parte de su vestimenta de juventud (alrededor del año 1483) y, por su calzado y su marlota, se ha podido deducir que era delgado y de aproximadamente 160 o 165 centímetros de altura. Además, según diferente crónicas de la época, habría sido de piel blanca, ojos claros (posiblemente verdes) y pelo castaño. Hay quien dice que incluso rubio. Entre ellos, Julio Quesada-Cañaveral, VIII Duque de San Pedro de Galatino, que en su Tesis Doctoral sobre Boabdil lo describe así:

Boabdil era rubio, de mediana estatura, más bien alto y esbelto, de ojos claros de luz, tez pálida y semblante tranquilo. Su porte era majestuoso, y en los momentos más difíciles, demostró siempre su valeroso corazón y su arrogancia de raza. Fue bravo en las batallas, y aunque herido su cuerpo, como en la batalla de Loja, siempre conservó su dignidad de rey, su dignidad de raza y su dignidad de hombre de corazón, a pesar de tantas y tantas amarguras como tuvo que sufrir constantemente su espíritu y su voluntad

Julio Quesada-Cañaveral, VIII Duque de San Pedro de Galatino

Boabdil durante el primer reinado de Muley Hassan

De posts anteriores recordaréis cómo su padre, Muley Hassan, se casó con una concubina cristiana (Isabel de Solís) tras convertirse esta al Islam (y pasar a llamarse Zorayda) y llegaron a tener dos hijos: Saad y Nasr. Ya hablamos de cómo Aixa se debió sentir humillada y de cómo esto pudo haber provocado un enfrentamiento entre el emir y su primera esposa (apoyada por los hijos), lo que habría llevado a divisiones internas y a conflictos dinásticos. Y es que, por ejemplo, Muley Hassan decidió nombrar heredero a su primer hijo con Zorayda, Saad. A todo esto, Boabdil siendo muy consciente de todo, que era ya un hombre, casado y padre a su vez de otro niño, Ahmed.

Aunque, os vuelvo a recordar, que siempre se ha exagerado la influencia que esta crisis matrimonial tuvo, tanto en la historiografía como en la leyenda. Ya hablamos de cómo el reino iba de mal en peor desde hacía muchos años sin necesidad de esposas celosas. No sé si me explico…

El 28 de febrero de 1482 tuvo lugar la pérdida de Alhama para los nazaríes. Muley Hassan trató de recuperarla hasta en tres ocasiones. Unos meses después, se encontraba el rey Fernando asediando la localidad de Loja cuando las tropas nazaríes, lideradas por al-Attar (o Aliatar, suegro de Boabdil) derrotaron a las tropas castellanas el 14 de julio de 1482. En aquella victoria estaba presente el propio emir. Posiblemente una mala decisión… ¿Qué hubiera pasado si se hubiera quedado en la Alhambra?

Y es que, aprovechando la ausencia de Muley Hassan, sus hijos, Boabdil y Yusuf, aprovecharon para sublevarse, apoyados por Aixa y por los Banu al-Sarray (Abencerrajes). Boabdil fue proclamado emir como Mohammed XI y su hermano Yusuf se apoderó de Almería. Las noticias llegaron a Loja y Muley Hassan quiso volver para recuperar la Alhambra. No lo consiguió…

Muley Hassan y su familia se fueron a Málaga junto a su hermano al-Zagal, que le seguía siendo leal.

Primer reinado de Mohammed XI (Boabdil)

Con ese panorama iniciaba Boabdil su primer reinado el verano de 1482. Como laqab (nombre honorífico) eligió al-Galib bi-llah (“el vencedor por la gracia de Dios”), el mismo que habría elegido Mohammed I, el fundador de la dinastía. El primer sultán y el último fueron al-Galib bi-llah. Qué poético, ¿no?

Retrato de Boabdil el chico en diorama 3D por Alfredo Falcón 2022
Retrato-diorama 3D de Boabdil. Según Alfredo J. Falcón

En aquella conspiración, todos los conspiradores consiguieron algo: Boabdil el trono, Yusuf Almería y los Abencerrajes la vuelta al poder y a los altos cargos.

Pero Muley Hassan y al-Zagal no estaban precisamente de brazos cruzados en Málaga, ya que fueron extendiéndose y cosechando éxitos militares contra los cristianos. Padre e hijo, Muley Hassan y Mohammed XI -Boabdil-, tuvieron un enfrentamiento también en Almuñécar, acabando derrotadas las tropas de Boabdil… Así que necesitaba un triunfo para demostrarle a los cristianos su prestigio y legitimidad. Y tuvo una idea que… bueno… no le salió demasiado bien…

Y es que el 20 de abril de 1483 dirigió una expedición a Lucena. Sus tropas, a pesar de ser más numerosas, fueron derrotadas. Muchos oficiales murieron, como el alcaide de Loja, que no era otro que al-Attar, su suegro, y muchos importantes jefes acabaron prisioneros. Pero lo más grave de todo fue la captura del propio Boabdil. Políticamente, esto no podía ser más trascendente: Isabel y Fernando tenían en su poder la pieza clave para la conquista completa de al-Ándalus.

Boabdil durante el segundo reinado de Muley Hassan

Muley Hassan volvió al trono, pero no podemos olvidarnos de que su otro hijo, Yusuf, seguía en posesión de Almería.

Y recordemos que Boabdil estaba prisionero, así que sus partidarios intentaron rescatarlo. Aixa mandó a uno de los Abencerrajes, ibn Kumasa, ante el rey Fernando en Córdoba para negociar su liberación. El rey Fernando sabía que negociar con los partidarios de Boabdil podría hacer mucho daño al emirato nazarí, ya que iba a acentuar las divisiones internas.

En agosto de 1483, Boabdil firmó en Córdoba el primero de los (tres) pactos que acordaría con el rey Fernando a lo largo de su vida. Su liberación y el apoyo del rey Fernando para combatir a Muley Hassan no fueron gratis, por supuesto. A cambio, Fernando V (de Castilla, recordemos que II de Aragón) pedía vasallaje, 12.000 doblas de oro, liberación de cautivos y… la entrega de varios rehenes, entre los que debería incluir a Ahmed, el primogénito de Boabdil. El drama estaba servido.

Serie Isabel, de RTVE

Esto no le gustó nada a Muley Hassan, así que, en octubre de 1483, los juristas de Granada dictaminaron que la anterior proclamación de Boabdil como emir iba contra la ley de Dios y había sido un pecado y que pactar con los infieles estaba prohibido.

Boabdil, ya liberado, no podía entrar en Granada, por lo que se fue a Guadix a ver si se calmaban las aguas, y como continuasen bien bravas, Boabdil se trasladó a Almería, donde seguía estando su hermano Yusuf. El problema es que Muley Hassan los tendría juntos, a tiro… Así que Boabdil fue a pedir ayuda a su aliado, el rey Fernando. Durante esta ausencia de Boabdil, al-Zagal aprovechó para entrar en Almería en febrero de 1485. Lo que vino después es muy fuerte… Y es que, Muley Hassan, ordenó que todos los jefes rebeldes fueran ejecutados. Y con todos se refería a todos: su hijo Yusuf incluido.

Mientras todo esto sucedía internamente en Granada, los cristianos no perdían comba… Fueron conquistando Álora, Alozaina, Setenil, Cártama, Coín, Ronda

Como consecuencia personal, tanto disgusto no hizo más que empeorar el lamentable estado de salud de Muley Hassan, que fue apartado del trono y sustituido por su hermano, al-Zagal, con el nombre de Mohammed XII, en junio de 1485. Pero eso ya lo sabíais…

Boabdil durante el reinado de Mohammed XII (al-Zagal)

La verdad es que Mohammed XII al-Zagal le vino muy bien al fortalecimiento y unificación de al-Ándalus (o lo que iba quedando de al-Ándalus).

Mohammed XII se afianzaba y claro, Fernando V no podía permitirlo. Así que envió a Boabdil a una segunda campaña de asalto al trono de Granada. Lo que buscaba el rey Fernando era reactivar la guerra civil. Y aunque hablamos de esto en posts anteriores volvemos a ello porque es muy épico…

Apoyado por Castilla, Boabdil fue ofreciendo la paz que aseguraba a quienes lo reconocieran como emir su tratado con Fernando V. Pues así consiguió los Vélez y Huéscar. Además, sus seguidores convencieron a los habitantes del Albaicín, que sólo querían vivir tranquilos, para que lo reconocieran como emir y así acabar con la guerra. Y esto desató un auténtica batalla campal en plena ciudad de Granada. Desde la Alhambra, Mohammed XII al-Zagal llegó a lanzar durante meses piedras con cañones a la gente del Albaicín. Y viendo que aquello no tenía fin, los alfaquíes presionaron a Boabdil y éste acabó renunciando a sus pretensiones al trono.

El pobre Boabdil se instaló en Loja, pensando que iba a poder estar tranquilo. Y aquí, como ocurre bastante en esta historia, las fuentes castellanas y las granadinas se contradicen… Las fuentes granadinas aseguran que Boabdil fue a Loja para entregarla a Fernando V en pago a su liberación. Las crónicas castellanas acusaron a Boabdil de defender Loja, traicionando así el pacto que tenía con Fernando V, que exigía la entrega de Loja. ¿Cómo podía justificar Boabdil ante su pueblo la pérdida de una ciudad tan importante? No le quedó otra que defender su tierra…

Pues como podéis imaginar, esto tampoco le salió bien a Boabdil y volvió a ser apresado. Pero Fernando V le había pillado el truquillo a aquella guerra y lo liberó de nuevo. Ya os imaginaréis que, lógicamente, a cambio de algo: le concedió la zona oriental de al-Ándalus como dominio en vasallaje a cambio de que Boabdil tomara Granada en ocho meses. Viendo que se lo había puesto muy difícil jugó hasta a ponérselo un poquito más fácil, otorgándole una tregua de tres años a cada territorio que durante los seis meses siguientes se levantara a favor de Boabdil.

Y mientras exigían, los cristianos proseguían con sus conquistas: Elvira, Íllora, Colomera, Moclín, Montefrío… Y por su parte, Boabdil iba consiguiendo otros territorios porque la gente estaba hasta el gorro de la guerra y lo iban aceptando como emir con tal de vivir bajo la paz de aquella tregua. Quizá por esto Boabdil se vino un poco arriba y decidió asaltar ya la capital. Con ese fin entró el 15 de octubre de 1486 secretamente en el Albaicín. El resto de Granada, sin embargo, siguió fiel a Mohammed XII al-Zagal. Pues ya la teníamos liada otra vez: otra nueva batalla campal en las calles de Granada. Para complicar todo un poquito más, tropas cristianas entraron al Albaicín.

Los altos cargos de Granada deslegitimaron a Mohammed XI (Boabdil), pero éste siguió ganando partidarios gracias a esa paz que su tratado con Fernando V prometía a quienes se pusieran de su lado. Llegó incluso a la importante ciudad de Málaga.

Este conflicto duraba ya seis meses y Fernando V aprovechó esta guerra civil para atacar Vélez-Málaga porque sabía que Mohammed XII al-Zagal estaba ocupado tratando de defender su trono. El emir se desplazó a proteger Vélez-Málaga y Boabdil aprovechó para apoderarse de Granada, siendo proclamado de nuevo emir el 29 de abril de 1487.

Segundo reinado de Mohammed XI

En estas circunstancias comenzaba Boabdil su segundo emirato, que además fue el último de los prácticamente ocho siglos de historia de al-Ándalus.

A principios de mayo, Boabdil firmó el tercero y último de los pactos con Fernando V, en el que se comprometía en secreto a entregar Granada a cambio de un principado (una reserva musulmana) en la zona oriental una vez hubieran conquistado los Reyes Católicos Almería, Baza y Guadix.

En este segundo reinado tuvo lugar la importante y dolorosa caída de la importante Málaga (los ojos y las manos de Granada, decían), que acabó rindiéndose después de un asedio feroz el 18 de agosto de 1487.

En 1488, los castellanos atacaron (y por supuesto conquistaron) muchas plazas de aquella región oriental que estaban incluidas en el tratado que firmaron Boabdil y Fernando.

El avance castellano era ya imparable y los demás estados islámicos habían dejado solo a al-Zagal que, a pesar de su desventaja política y numérica, siguió cosechando victorias. Consiguió detener el avance castellano en Nerja, Torrox o Cúllar y también ser reconocido en Salobreña, Almuñécar, Alhendín y Padul. Llegó incluso a acuñar moneda…

Boabdil se mantenía en el trono solamente ayudado por la paz que le garantizaba su tratado con Fernando V. Además, dependía de Castilla porque apenas podía hacer frente a los gastos de la capital.

Pero Castilla era una potencia muy superior a al-Zagal y sus tropas, por lo que su resistencia no pudo sostenerse mucho más en el tiempo. Por eso, el 4 de diciembre de 1489, los bastetanos, hambrientos y agotados por un asedio de cinco meses a la ciudad, se rindieron y entregaron la ciudad (como ya vimos en el post sobre al-Zagal).

Boabdil se libraba así de su rival. Pero también acababa de quedarse completamente solo ante Castilla, unida a Aragón.

Y no sé si recordaréis a estas alturas que el último tratado firmado entre Boabdil y Fernando V obligaba a Boabdil a entregar Granada cuando Castilla conquistara Baza, Guadix y Almería. Pues claro, llegados a este punto, hubo desacuerdos… Hubo además un grupo de población en Granada que estaba dispuesto a luchar, por miedo a que las promesas de paz y respeto para los vencidos no se llevara a cabo por los Reyes Católicos (y, cómo son las cosas, el tiempo les acabó dando la razón). Pero eran conscientes de que, tal y como estaba la situación, la salida honrosa que prometía Boabdil, no era viable.

Tradicionalmente, se ha visto a Boabdil como un sultán rompiendo un pacto, obligando así a Fernando V a volver a acudir a la guerra. Pero fue al contrario. Fueron los Reyes Católicos los que no cumplieron con lo firmado… Y es que, cuando Boabdil se dio cuenta de que la caída de Granada era un hecho, negoció la mejor solución posible: un principado autónomo extenso y con recursos suficientes para poder vivir él y su pueblo manteniendo su modo de vida. Es decir, convertir el emirato en una especie de ducado mudéjar a cambio de entregar la capital. Un territorio que ocuparía la zona de Guadix y el Cenete, Baza y su Hoya, Vera, los dos Vélez, Mojácar, el valle de Purchena, el del Almanzora y Ugíjar, todos sin salida al mar. Eso es lo que se firmó en 1487. Sin embargo, una vez (casi) ganada la guerra, los Reyes Católicos retrocedieron: a Boabdil no se le dio más opción que renunciar y aceptar unos territorios reducidos que no garantizaban su futuro ni el de su pueblo o cualquier potencial revuelta liberadora. Por ello, sólo le quedó dirigir una última resistencia, apoyado por su pueblo.

Los Reyes Católicos atacaron los Castillos de La Malahá y Alhendín y talaron los campos en mayo de 1490. Aquel verano, Boabdil realizó una campaña en la que recuperó Padul, la Alpujarra y Alhendín y cercó Salobreña.

La ofensiva final

En abril de 1491 los castellanos cortaron el abastecimiento de Granada desde la Alpujarra, asediaron y levantaron Santa Fe, arrasaron los alrededores de la capital y siguieron con los combates durante siete meses, a la espera del agotamiento de los granadinos a causa del hambre. A todo esto, el frío invierno granadino estaba empezando

El 25 de noviembre de 1491 se firmaron unas capitulaciones que concedían a los granadinos el derecho a quedarse en Granada conservando sus pertenencias, religión y cultura o emigrar en condiciones justas.

Al amanecer del 2 de enero de 1492, Mohammed XI, Boabdil, entregó a Don Gutierre de Cárdenas las llaves de la Alhambra, ya desalojada, en el Salón del Trono del Palacio de Comares (sí, el famoso cuadro de Pradilla genera un falso histórico, uno de los peores, por haberse mantenido a día de hoy su escena de la Rendición en la mentalidad colectiva). A las tres de la tarde, el emir acudió a rendir homenaje a los Reyes Católicos a las puertas de Granada y fue en aquel acto cuando recuperó a su hijo.

Boabdil entregando las llaves de Granada a los Reyes Católicos el 2 de enero de 1492. Hoy se sigue celebrando, conocido como el Día de la Toma
En La Rendición de Granada de Francisco Pradilla (1882) se mezclan el acto de entrega de llaves con el acto de rendir homenaje a los Reyes Católicos por parte de Boabdil

Una vez entregadas las armas, aquel mismo día, Boabdil, su familia y su séquito, salieron de Granada en dirección a las Alpujarras, hacia aquellas tierras que les concedían las capitulaciones firmadas con Castilla.

El deseo de Boabdil siempre fue permanecer allí. Pero las presiones y las intrigas cristianas para que emigrase eran demasiado. A aquello se sumó la temprana muerte de su mujer, Morayma. Así que Boabdil vendió sus propiedades a los Reyes Católicos, por menos valor del que tenían, todo hay que decirlo (que Hernando de Zafra, el secretario de los Reyes Católicos y alma de los acuerdos, era muy listo). Después, pidió asilo al sultán de Fez y se dirigió al puerto de Adra a mediados de octubre de 1493.

En Fez construyó algunos palacios de estilo andalusí y murió alrededor de 1518-1519. Su descendencia siguió viviendo en Fez, pero se considera que en 1618 eran mendigos y vivían de la beneficencia.

Hasta aquí la vida de Boabdil, una figura compleja y bastante maltratada por la historia. Y hasta aquí la historia de la Dinastía Nazarí. Una historia de la que empezamos a hablar en marzo-abril de 2021 y que termina en los primeros días de 2023. Casi dos años llenos de intrigas palaciegas y sí, posts llenos de fechas y bastante complicados. Espero haber arrojado un poquito de luz a esta historia tan complicada (valga la redundancia) y haberos transmitido un poquito de la pasión que siento por esta dinastía, a la que tengo presente cada día en mi trabajo pero de la que no puedo hablar en profundidad. Así que también os tengo que agradecer que hayáis aguantado todo este tiempo.

Desde 2023 cambiamos de tercio y pasamos a la historia más “reciente” de nuestra ciudad, con nombres más fáciles de recordar, os lo prometo.

Así que, hasta entonces, sólo nos queda desearos un feliz 2023, que va haciendo mucha falta…

Notas al retrato imaginario de Boabdil

Referencias empleadas para realizar el retrato 3D de Boabdil del Chico o Muhammad XI de Granada
Usando PureRef, esa maravilla de software libre donde podemos guardar nuestras referencias gráficas
Por Alfredo J. Falcón- Graduado en Historia por la ULPGC especializado en la reconstrucción virtual del patrimonio y guía oficial de turismo. Autor del retrato imaginario 3D de Boabdil expuesto en este artículo.

Más historiadores que artistas han encontrado en Boabdil un hueso duro de roer que, como muchos otros personajes de su tiempo, o carecen de todo retrato (descripción gráfica o textual) o bien aquél será muy inexacto, nada de fiar. Por ello, las imágenes que acompañan a este artículo forman parte no de una reconstrucción virtual en sentido estricto, sino de una visión ilustrativa del personaje en su contexto histórico, basándonos en la mayor cantidad de evidencias posibles.

Y es que conocer de cerca a Mohammed XI de Granada sigue siendo algo muy cotizado, casi un Grial en el campo de la historia, porque queda más bien poco vestigio de alguien tan importante a la vez que tan cubierto de capas y capas del obscuro barniz de las leyendas.

No obstante, en la tarea de imaginar a Boabdil, trabajando con Blender, el software libre de diseño 3D, he contado con algunas referencias gráficas entre las que sobresale el excelente retrato al óleo -dicen de finales del siglo XV o comienzos del XVI- perteneciente al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, de cuya atribución no hablaremos aquí pero que muestra a las claras un atuendo -la marlota o jubón a media altura principalmente- coincidente con las vestimentas incautadas como trofeo militar a Mohammed XI tras su ya mencionada derrota de Lucena en 1482, ropas expuestas hoy en el Museo del Ejército del Alcázar de Toledo y que vendrían a revelarnos la mediana estatura del personaje o la talla 36 que calzaba.

Del color de su piel, ojos, cabello o el resto de detalles biológicos no tenemos nada realmente fiable y sería bastante aventurado creer a pies juntillas en dudosas descripciones o las esquemáticas representaciones de los grabados producidos en el siglo XVI y que mínimamente servirían de guía en mi trabajo.

De esas obras tomé el peinado (en una primera prueba desechada y que mostraremos al final de este texto), la barba -similar a las de los retratados en la Sala de los Reyes del Palacio de los Leones- y cierto tocado que terminaría siendo sustituido por un turbante inspirado en los caballeros -o sultanes- de la mencionada sala.

Los atributos elegidos representan la dignidad del joven Mohammed XI como diplomático inmerso en aquella enrevesada política interior y exterior que le tocó vivir, razón por la que aparece portando una carta teñida de rojo en su mano derecha -recomiendo un excelente artículo publicado acerca de la correspondencia real de los Nazaríes- y acariciando levemente su espada con la mano izquierda recordando la fatal tentación por el prestigio guerrero que le llevó, entre otras, a la derrota en Lucena y que le acarrearía tan terribles consecuencias a largo plazo.

La granada que aparece en segundo plano sobre una mesa en el retrato principal recuerda con fuerza a Al-Gharnata, capital y alma de su reino, razón por la que la llevará en su mano derecha en el diorama complementario aquí presentado. Como anécdota, la granada es un modelo fotogramétrico realizado tras procesar noventa y cinco fotografías de una granada real que me acabaría comiendo luego. Es el único objeto creado casi automáticamente a diferencia, por ejemplo, del turbante, modelado y esculpido tras largos ratos de santa paciencia.

Por último, la ambientación si bien contiene y se basa en elementos y lugares reales del arte nazarí, no es más que la sala de un palacio imaginado y con todo, sí pueden servir de reconstrucción virtual junto con el atuendo del sultán para hacernos una idea más exacta de cómo pudo ser este personaje, no así su rostro, complexión o color de pelo en lo que insisto siguen siendo parte de esa incógnita situada más allá de los puntos suspensivos...

Espero sirva mi trabajo para esclarecer y nunca emborronar la figura de Mohammed XI de Granada.
Retrato 3D de Boabdil el Chico con tocado, versión descartada por otra donde se muestra con turbante
Primera versión, descartada, mostrando el tocado sugerido por los grabados del siglo XVI

Bibliografía recomendada

-ÁLVAREZ DE MORALES, C. (2000) Muley Hacén, El Zagal y Boabdil. Granada. Comares.

-LADERO QUESADA, M.A. (2001) La Guerra de Granada (1482-1492). Granada. Diputación.

-SUÁREZ, L. (2020) Isabel I Reina. Barcelona. Ariel.

Guía oficial de turismo e intérprete del Patrimonio en Granada, España

Maribel Contreras Sola

Guía Oficial de Turismo por la Junta de Andalucía GT/03682, Licenciada en Filología Inglesa y Máster en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera, por la Universidad de Granada (UGR).

Mi trabajo consiste en convertir Granada en un libro abierto al visitante, en la divulgación rigurosa del conocimiento que creo, son factores que han marcado y definen mi experiencia laboral. Amo escribir acerca de Granada. Es una forma de vivirla más intensamente y más personal.

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2 comentarios en «Granadinos Ilustres. Parte 19: Mohammed XI (Boabdil) || Final del Reino Nazarí: 1487-1492»

  1. Tuve el gran gusto de conocer Granada (no toda), pero visite La Alambra maravilloso, esplendido y mágico lugar, y desde que la conocí me cautivo tanto, que todo lo referente a su historia me interesa, por eso le doy usted las gracias por su valiosa información.

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